¿Qué es una fístula?
Una fístula oral es una comunicación que se genera entre las estructuras de la cavidad oral, como los dientes, la encía, la mucosa o los senos paranasales; la cual permite la salida de fluidos como sangre, agua o contenido purulento que se acumulan dentro debido a un proceso infeccioso. Su tamaño es variable pero, casi siempre, aparece como un pequeño bulto (llamado absceso) en la encía, que el mismo cuerpo forma para poder acumular el contenido infectado y expulsarlo.
¿Cuáles son los síntomas de una fístula?
Los signos y síntomas más comunes asociados a la fístula oral son la hinchazón y la inflamación de la zona donde esta se forma, demás de la salida de contenido líquido (generalmente pus). También puede aparecer dolor espontáneo o a la palpación, aunque cuando drena el material infectado, la sintomatología suele ser imperceptible. En casos muy severos puede provocar fiebre y malestar general.
Es muy importante estar atento a cualquier cambio que se genere ya que la infección puede avanzar y se puede extender a otras estructuras, generando complicaciones mayores.
¿Por qué aparecen las fístulas?
Las causas de la aparición de las fístulas suelen ser las infecciones dentales y periodontales no tratadas, que avanzan progresivamente hasta formar un absceso. Esto puede darse debido a:
- Daño pulpar
- Caries profunda
- Traumatismos severos
- Enfermedad periodontal avanzada
- Muelas del juicio en mala posición
- Infecciones de estructuras como los senos paranasales
¿Cómo se cura una fístula?
El tratamiento para la fístula dental consiste en eliminar la infección y cerrar la comunicación que se crea entre las estructuras. El primer paso es identificar la causa de su aparición para atacarla directamente.
En muchos casos se requiere el uso de antibióticos para reducir la carga bacteriana y ayudar a erradicar la infección. Dependiendo del diagnóstico, el tratamiento puede incluir drenaje, endodoncia, terapia periodontal o extracción.
