Los dientes están formados por tres estructuras principales: esmalte, dentina y pulpa (nervio). El esmalte es un vidrio transparente que funciona como capa protectora, dándoles dureza y resistencia a los dientes y es la parte más dura del cuerpo humano. La dentina es una capa intermedia de color ámbar cuya función es proteger la pulpa y darles el color a los dientes, por lo tanto, los dientes no son blancos sino de un tono amarillento.
Lo que hacen todos los agentes blanqueadores, independientemente de la técnica que se lleve a cabo, es abrir poros en el esmalte para poder penetrarlo, llegar hasta la dentina y activar una serie de reacciones químicas que logran aclarar ese tono amarillento, para que se vea, a través del esmalte, mucho más claro.