¿Qué son las carillas dentales y para qué sirven?
Las carillas dentales son finas láminas elaboradas en composite o porcelana, que se colocan sobre la superficie visible de los dientes con el objetivo de corregir imperfecciones y perfeccionar su apariencia. Así pues, sirven para solucionar problemas asociados a la forma, el tamaño y el color (manchas, desgastes, líneas de fractura, diastemas, entre otros).
¿Qué tipos existen?
Carillas dentales de composite
Estas se fabrican de forma directa, es decir, se hacen sobre los dientes del paciente. Consisten en la colocación de capas de composite sobre la superficie frontal hasta obtener la forma y el tamaño que se desea. Su duración es aproximadamente de 5 a 7 años, con mantenimientos cada seis meses.
Carillas dentales de porcelana
Se elaboran de forma indirecta, es decir, sobre un modelo dental. Son finas láminas de cerámica que se hacen a la medida de los dientes y luego se cementan sobre estos, cubriendo completamente el esmalte. La gran ventaja es que no se pigmentan y su duración es entre los 10 y 15 años.
¿Cuándo no se pueden poner carillas dentales?
Este tratamiento estético, si bien es muy común y ofrece múltiples beneficios, está contraindicado en algunos casos, tales como:
- Bruxismo no tratado
- Maloclusiones severas
- Gingivitis o periodontitis
- Salud bucodental en mal estado
- Piezas dentales muy desgastadas
- Presencia de caries u otras patologías
¿Qué desventajas tienen las carillas dentales?
Pese a que las carillas tienen muchas ventajas, tanto las de composite como las de porcelana tienen algunas desventajas, sin restarle méritos al tratamiento:
Composite
- Requieren mantenimiento cada seis meses
- Su duración es mucho menor que las de porcelana
- Más susceptibilidad a la tinción y a la pigmentación
Porcelana
- Su costo es un poco más elevado
- Es mas complejo hacer reparaciones
- Requieren un pequeño biselado del esmalte
- Una vez cementadas, no es posible modificarlas